Cuando Roma tomó contacto con los celtas hispanos, Arévacos, belos y titos eran las tres tribus celtas de la zona. Es difícil saber dónde se encontraba la línea fronteriza que las separaba, y si Romanillos pertenecía al territorio de unos u otros. Atendiendo a las descripciones al uso, Romanillos estaría en los confines del territorio de los arévacos, la tribu hegemónica entre los celtíberos. (1):
Las otras dos tribus, Belos (supuestos habitantes de Occilis, Medinaceli) y Tittos, son escasamente citados por los autores latinos de la época, seguramente por su pronto sometimiento a los intereses de Roma.
M. Porcio Catón fue posiblemente el primer Cónsul romano que visitó nuestras tierras, levantando campamento en Alpanseque (2) en el 195 a.C., consecuencia de su frustrado intento por controlar la Meseta, pues según parece no llegó a poner en aprietos a los numantinos, pero rindiendo Segontia (Siguenza) a su regreso. Si es que alguien habitaba Romanillos, desde luego no debió representar oposición alguna al ejército romano, . El continuador de Catón, Sempronio Graco, firmó un tratado de paz en el 179 a.C. que trajo un período de paz en la Celtiberia.
El relevo lo tomó Q. Fulvio Nobilior, quien obligó a los belos, habitantes de Segeda (Belmonte), a abandonar su ciudad con sus murallas inacabadas y cobijarse en la de sus hermanos, Numancia. Tomando como base Occilis (supuestamente Medinaceli), donde dejó provisones y dinero, pasó de largo por el municipio en su camino hacia Numancia. Pero tampoco sus legionarios y sus elefantes enviados desde África lograron doblegar a los numantinos y su intento sobre Osma (Uxama) resultó un nuevo fracaso. Vista la situación, Occilis (se supone Medinaceli) decidió pasarse a los celtíberos y quedarse con el dinero y las provisiones que los romanos habían dejado en la ciudad. Así las cosas su ejército tuvo que pasar el invierno en nuestras tierras, incluso algunos consideran el campamento de Alpanseque el lugar donde invernaron (3). Sea como fuere no cuesta imaginar el regreso de aquel ejército, derrotado y diezmado, tomando un respiro bajo nuestros árboles.
El sustituto de Nobilior fue Claudio Marcelo (151 a.C.), que rindió Occilis (posiblemente Medinaceli) en el 152 a.C., llegando a un pacto con arevacos, belos y titos que el Senado romano no aceptó obligándole a continuar la guerra contra los arevacos. En el 143 a.C. las tribus de la meseta se sublevan y es Q. Cecilio Metelo quien apaga la revuelta después de someter a las ciudades del Jalón, Centróbriga y Contrebia. Su sucesor Q. Pompeyo (141 a.C.) tampoco tuvo éxito alguno contra Numancia, y peor lo pasó Hostilio Mancino, que saldó su derrota con una capitulación considerada vergonzante por Roma y fue entregado desnudo ante los muros de Numancia ante los atónitos ojos de sus habitantes (4). Hemos de presumir que el campamento de Alpanseque fue utilizado en aquellos años y aquellos legionarios bien pudieron ser quienes plantaron los primeros olmos que ahora forman parte del paisaje.
Roma no podía permitir que Numancia siguiera sin ser conquistada y los celtíberos sin ser sometidos, y envió a su mejor general, Escipion, para solventar de una vez por todas el asunto. La historia es bien conocida: el experimentado general, aplicando la frase que César divulgó “Se ganan más batallas con la pala que con la espada” cercó la ciudad mediante un foso y una empalizada que unía hasta siete campamentos, amén de cortar el suministro fluvial. Los numantinos no lograron el apoyo de otras tribus, ni siquiera que los romanos entablaran batalla. Después de siete meses de asedio, su final es conocido: Numancia se rindió por hambre y fue destruida hasta los cimientos.
Las guerras celtibéricas finalizan en el 133 a.C.. A partir de entonces ciudades de la provincia como Termancia (Tiermes), Clunia, Uxama (Osma) y Occilis (Medinaceli) cobran un nuevo impulso vital con la romanización.
A Medinaceli (antigua Occilis pero cuyo nombre romano se desconce) se le asocia el único arco romano de tres vanos de la península, que se alza sobre el cerro que ocupó la ciudad, siendo erigido cuando Domiciano (81-96 a.C.) (5) era emperador de Roma. Según el trabajo de J.M. Abascal y G. Adolfo (6), analizando los huecos dejados en la piedra para sujetar las letras de bronce, la cara visible desde la ciudad contendría el nombre de Augusto y en la visible desde el exterior Domiciano y posteriormente Trajano. La razón de su existencia no está aún dilucidada, y la opinión más apuntada es la de mostrar la frontera entre las provincias o “conventus”, el Cluniensis y el Caesaraugustanus. El arco y los mosaicos encontrados hace pocos años justifican pensar que Occilis fue durante los siglos I al IV d.C. una próspera ciudad romana. Se encontraba al pie de la importante vía que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Emérita Augusta (Mérida) y junto a unas salinas, lo que unido a su propia situación geográfica le dotarían de innegable valor estratégico.
Una ciudad de tales características necesitaría de un aprovisionamiento de víveres, que seguramente los campesinos y ganaderos de lo que era Romanillos, entre otros, abastecería.
Desde el norte de la ciudad partía otra vía de menor entidad que la unía con Oxama (Osma). La carretera que une Medinaceli con Barahona se construyó precisamente sobre esta vía. Wilfredo Rincón describe su recorrido por el pueblo: “parece muy probable que siga el llamado nuestro municipio, al parecer sigue el camino viejo de Yelo, cuyo trazado sigue actualmente la carretera, se separe de ella para entrar en el pueblo por la Calleja de la Dehesa, se une a la Cañada de las Merinas y por la calle Real y el Camino del Cementerio, vaya a desembocar otra vez en la carretera…”. De hecho, La entrada en el pueblo de este camino, hoy señalizado como GR-86, conserva partes visibles posiblemente de la calzada. Del mismo modo, en su continuación hacia el Norte (Barahona), mientras la carretera realiza una cerrada curva a la izquierda, la calzada sigue recta y es perfectamente visible entre la carretera. Algunos dicen que también desde Romanillos hacia Alpanseque hay restos de otro camino de menor entidad, y cerca de Villacadima hay pavimento pétreo colocado de tal manera que no se puede descartar su construcción en época romana, aunque más seguro es su origen medieval o moderno (7).
Cuando se construyó la actual carretera Medinaceli-Barahona, en el lugar denominado Prado Torres aparecieron algunas agujas de bronce y monedas de bronce de Tibero (14-37 D.c.). Estas últimas son conocidas numismáticamente como “Gran Bronce” con cabeza masculina coronada con laurel en el anverso y reverso desconocido, imperceptible dado el desgaste de las piezas (8). Esperamos que algún lector nos proporcione más información sobre el hallazgo para situarlo cronológicamente. La presencia romana se confirma también por los restos, los que conocemos muy fragmentados, de “terra sigillata” (9) y cerámica de cocina romana, que se encuentran por los alrededores del pueblo.
Foto 5 y Foto 6: Fragmentos de bordes de utlillaje de cocina, supuestamente romana
Foto 7 Cerámica roja con decoración en pintura negra, encontrada en el suelo en la zona de los Huertos sobre la zanja de la obra de la canalización (2007).
El “Altar rupestre” : Puesto que al día de hoy no ha sido rebatida la hipótesis, es probable que poseamos un altar rupestre único en la provincia. Que sepamos, nadie lo ha estudiado con el detenimiento necesario. Las coincidencias formales con otros altares mejor estudiados como los de Ulaca (Avila) o Panoias (Portugal) (10) es manifiesta, aunque que sean unas simples escaleras como las que abundan en Tiermes, incluso medievales, es otra posibilidad.
Suponiendo que es de esa época (lo cual, efectivamente es mucho suponer), tendría una utilización al uso: un lugar en el que se entrega a los dioses generalmente de un animal, que es sacrificado para solicitarles algo o para agradecerles un favor concedido. Por eso la víctima debía ser algo o alguien valioso para los oferentes. Y además, resalta poderosamente que la dirección de las escaleras coincide plenamente con el lugar de la puesta del sol en el solsticio de verano (21 de junio), el día más largo del año que es celebrado desde los albores de la humanidad (11)..
En fin, por proponer algo, se lanza la idea siendo conscientes de que como es habitual la explicación debe ser la más sencilla: unas simples escaleras para bajar a los huertos, posiblemente de época romana, casualmente orientadas en el poniente.
Foto 8: Foto tomada el 22 de junio. Los chopos y una valla impedían
La casa del antiguo curato (Casa de la Bodega), propiedad particular, posee un pequeño sótano excavado en la roca con bóveda de sillería, esta última de fábrica al parecer del S.XVIII . Este espacio tiene en sus paredes seis huecos laterales y uno frontal en forma ovoide y base recta, excavados en la roca.. También se observan salientes y pequeños huecos para colocar lámparas, incluido un hueco en el centro que desaparece en el muro pero que oxigena impidiendo que se apague la lámpara. Su forma y situación son idénticos a los que se pueden observar en la “Casa de las Hornacinas” de Tiermes, de factura celtíbero-romana por lo que racionalmente deben ser atribuidas al mismo período. Se trataría de un almacén de vinos, aceites u otros víveres, que en dicho lugar fresco y libre de hielos se conservarían convenientemente.
Cónsules, soldados, comerciantes y pastores hallaban en la que se denomina “Fuente Romana” abastecimiento de agua para ellos y sus animales. Esta fuente se encuentra al pie de la carretera de Medinaceli-Barahona, frente a la Ermita de la Virgen de la Soledad cubierta por una bóveda de sillería en bóveda de cañón que no es romana sino muy posterior.
A. León ©
BIBLIOGRAFÍA
En papel:
Jose Manuel Abascal y Geza Adolfy; “El arco romano de Medinaceli”, Real Academia de la Historia, Madrid 2002.
Blázquez, Presedo y otros en “Historia de España Antigua”, Tomo I (Ed. Cátedra 1997
Hernández Guerra, Liborio: “Pueblos prerromanos y romanización de la provincia de Soria”. Ed. Diputación Provincial de Soria 2005.
García de Cortázar, Fernando: Atlas de la Historia de España.Ed. Planeta 2005.
Manuel A. Rojo Guerra, Rafael Garrido Pena e Íñigo García Martínez de Lagrán: Un brindis con el pasado, la cerveza hace 4.5000 años. Ed. Univ. Valladolid-Mahou, 2006.
Navas, Emiliano: “Medinaceli: arco y mosaicos romanos”. Ediciones Emilianenses 2005.
Petit y Fullola (coords.) “Tal cómo éramos. Las sociedades prehistóricas en la península ibérica”. Ed. Ariel 2005.
Rincón, Wifredo. “Romanillos Medinaceli”. 1977
Varios autores: “Celtíberos: tras la estela de Numancia”, exposición Museo Provincial Soria
Celtíberos. Revista Memoria. Septiembre 2007.
En Internet:
http:/www.celtiberia.net/
http://www.tiermes.net/
http://www.soriaymas.com/
http://www.dipsoria.es/ (Diputación Provincial Soria)
1 .- “Por las vertientes occidentales de las Sierra del Moncayo, alcanzaría los Altos de Romanillos (en .as lindes de las provincias de Soria y Guadalajara) por la divisoria de aguas de las cuencas del Jalón y el Duero avanzando en cuña por las comarcas de Atienza y Sigüenza e dirección al extremo occidental de los Celtíberos citeriores,…” Blázquez, Presedo y otros en “Historia de España Antigua”, Tomo I (Ed. Cátedra 1997). Similar descripción por Liborio Hdz. Guerra en pág. 33 de “Pueblos Prerromanos y romanización de la provincia de Soria”, Ed. Diputación Provincial Soria 2003.
2 .- Según Schulten.
3 .- Una campaña exitosa contra Numancia requería la habitual construcción de campamentos intermedios, como el de Alpanseque o El Guijar en Almazán.
4 .- Al parecer, en un alarde de humor, a su vuelta Mancino erigió en su casa una estatua que le representaba desnudo, en recuerdo de ese momento.
5 .- Domiciano fue asesinado el año 96 d.C. y se le “condenó” a no perpetuar su memoria de forma alguna, de forma que su nombre fue eliminado de todos los monumentos públicos y sus estatuas destruidas. El arco romano de Medinaceli no fue una excepción y mientras que en el año 96 d.C. en este lado se leería Numini Imp(eratoris) Domitiani Aug(usti) Ger(manici) ; y desde el año 98 d.C. la inscripción sería: Numini Imp(eratoris) Traiani Aug(usti) Ger(manici).
6 .-Jose Manuel Abascal y Geza Adolfo; “El arco romano de Medinaceli”, Real Academia de la Historia, Madrid 2002. Sobre el arco y los mosaicos de Medinaceli, en una composición muy visual y didáctica: Emiliano Navas Sánchez: “Medinaceli: arco y mosaicos romanos”, Ediciones Emilianenses 2005.
7 .- Wilfredo Rincón (Romanillos Medinaceli, 1977, pag 7)
8.- Wilfredo Rincón.
9 .- La Terra Sigillata Hispánica: Son las producciones realizadas en Hispania bajo la dependencia de las cerámicas galas. Los talleres del Ebro toman una importancia enorme, por la cantidad y calidad. Su época de aparición se sitúa alrededor del año 50 d.C. Datos a destacar son el predominio de las manufacturas riojanas. La Terra Sigillata Hispánica Tardía, distinguible sobre todo por su tosquedad técnica, es, a partir del siglo III o IV hasta por lo menos la sexta centuria, un tipo cerámico que se encuentra abundantemente en los yacimientos bajoimperiales, siendo las grandes proporciones en las que aparece y la variedad entre ellas indicativa de la existencia de diversos talleres productores. Su característico color rojo lo proporciona el barniz con el que eran recubiertas las piezas. Roca Roumens, Mercedes y Fernández García, María Isabel. Introducción al estudio de la cerámica romana : una breve guía de referencia , Universidad de Málaga, 2005. Obtenido de " http://es.wikipedia.org/wiki/Terra_sigillata "
10- No son los únicos: Castelo do Mau Visión, Nogueira y Vilar de Perdizes (Portugal) y el más cercano de Peñalba de Villastar.
11 .- Citándolas por cercanía, se considera que as fiestas de las Calderas que en el día de San Juan se celebran en Soria y Luzaga son reminiscencias de las que los celtíberos debían celebrar en el solsticio de verano .
12 .- En la página http://soria-goig.com/ , Miguel Valladares García hace una relación comentada de las fuentes del pueblo. |