Antigua es en Romanillos la tradición del Santo Cristo
de la Vega y su devoción.
No se conserva testimonios escritos y tampoco orales de
esta tradición. Unos «pasajeros»,
tal vez pastores de la Cañada de Merinas, que venían
desde Pinilla del Olmo, pueblo limítrofe con Romanillos,
al pasar por el alto de la Vega, oyeron unas voces y al aproximarse
encontraron una cruz, tal vez, según dicha tradición
oral, una cruz verde de pino, documentada desde 1565 y que se
conserva actualmente en la ermita.
Aparte la tradición, se sabe que la ermita fue
fundada por acuerdo municipal y bendición en los primeros
dias del mes de junio de 1689, tal como reza en ael acta
de bendición firmada por el licenciado Miguel Díaz.
Su advocación era de la Santa Cruz, relacionada
con la Cofradía de la Vera Cruz, constituida en 1565 y
reestructurada en 1727, siendo cura y abad de la cofradía
el licenciado José Rodríguez Alvárez.
Su aspecto actual no demuestra para nada lo antiguo de su fundación,
ya que ha sido objeto de reformas y aparece ahora como una ermita
de planta cuadrada, con un atrio cubierto, de sólida construcción
pétrea.
El interior se cubre con un sencillo artesonado de madera a base
de vigas entrecruzadas.
Gran cantidad de exvotos rodean la imagen del Santo Cristo
de la Vega, actual patronato del pueblo
y de la ermita, colocado en su altar barroco. Se trata de
una imágen de Cristo, todavía vivo, con la cabeza
inclinada hacia su derecha, de tres clavos y paño de castidad
dorado, atado a la izquierda.